miércoles, 25 de junio de 2014

¿Como debe un Cristiano tratar a un homosexual? La Homosexualidad y la Fe Catolica

Del escritorio del Lic. Maiquel Abreu

Siempre me había llamado la atención el ver que cada vez que intento hablarle de Dios a un homosexual este reaccionara con una actitud negativa y rechazando la propuesta. Siempre decían que era mejor no hablar de ese tema, para muchos era mejor no hacer amistad con cristianos, otros decían que Dios en un invento o que creen en Dios pero a su manera, que no creen en la religión, en la Biblia, ni en la Iglesia, que todo eso está errado, pero lo que más me sorprendía era ver como algunos me decían que ellos están condenado al infierno porque así lo dice la Biblia. Una minoría creen en Dios y en lo que la Iglesia enseña a pesar de todo, porque así lo educaron sus padres.

Preguntándome, analizando y observando, por qué los homosexuales están tan alejado de Dios, me di cuenta en gran parte nosotros los cristianos tenemos la culpa, si nosotros, porque no nos hemos acercado a ellos como debemos, porque no le hemos hablando de Dios tal y como él es. La gran mayoría de los homosexuales tienen una idea errada de Dios y de la Iglesia, ellos piensan que Dios y la Iglesia los condenan, peor aún, los aborrece, los excluye. Ellos ven en la Iglesia y la religión un enemigo que los persigue y que quiere destruirlo, y eso es, porque es lo que nosotros les hemos demostrado.

¿Que enseña oficialmente y realmente la Iglesia Católica sobre la homosexualidad? ¿Cuál es su postura en dicho tema?

El Catecismo de la Iglesia Católica expone lo siguiente sobre la homosexualidad:

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cfGn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

En el párrafo número 2357 podemos ver:
  • ·        Se define lo que es la homosexualidad; son las relaciones entre hombres y mujeres que experimentan atracción sexual hacia personas del mismo sexo.
  • ·        Basándose en Las Sagradas Escrituras, la Tradición de la Iglesia ha dicho siempre que son actos desordenados.
  • ·        Son contrarios a la ley natural, es decir Dios creo un hombre y una mujer, no creo dos hombres o dos mujeres.
  • ·        Cierran el acto sexual al don de la vida, es decir de una relación homosexual no se puede concebir hijos.
  • ·        No pueden recibir aprobación en ningún caso.

Cualquiera diría en este párrafo la Iglesia condena la homosexualidad, y es cierto, pero lo que es más cierto es que la Iglesia está condenando los actos y prácticas homosexuales y no a la persona homosexual. En todo el párrafo la Iglesia se refiere solamente a los actos y practica homosexual, nunca a la persona, y esto lo que mal interpretamos. La Iglesia también habla de la persona homosexual y lo hace en el párrafo siguiente que es el 2358, ¿Y qué podemos ver en este párrafo?
·        
  • Muchos hombres y mujeres en el mundo presentan tendencia homosexual.
  • ·        Esta tendencia constituye para ellos una auténtica prueba.
  • ·        Los homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza.
  • ·        Se evitara contra los homosexuales la discriminación injusta.
  • ·        Los Homosexuales están llamados a realizar la voluntad de Dios en sus vidas.

  • ·        Si los homosexuales son cristianos deben unir al sacrificio de Cristo las dificultades que encuentren en su decisión de hacer la voluntad de Dios
Se ve claramente aquí que al referirse a la persona homosexual la Iglesia no los condena, ni los discrimina, al contrario, nos enseña a acogerlos con compasión y delicadeza. También la Iglesia enseña que estas personas están llamadas hacer la voluntad de Dios en sus vidas, y si son cristianas, deben unir a la Pasión de Cristo los sufrimientos y dificultades que pueden encontrar yendo en contra de lo que sienten. En el párrafo 2359, la Iglesia sigue refiriéndose a la persona homosexual, y aquí podemos ver lo siguiente:
  • ·        Los homosexuales están llamados a la castidad.
  • ·        Mediante el dominio propio, una amistad desinteresada, la oración y la gracia sacramental, pueden alcanzar la perfección cristiana, es decir la salvación.


En este párrafo la Iglesia enseña que los homosexuales están llamados a la castidad,  y que mediante herramientas como el dominio propio, una amistad sin interés, la oración, ellos pueden alcanzar la salvación. Entonces la Iglesia enseña que los homosexuales se pueden salvar, claro siempre y cuando hagan lo que la Iglesia enseña que deben hacer con las herramientas mencionadas anteriormente.

En Resumen, la Iglesia condena los actos y prácticas homosexuales, es lo que la Iglesia dice que Dios no está de acuerdo, son actos desordenados y van contra la ley natural del hombre y la mujer. En lo que se refiere a la persona homosexual, la Iglesia no los condena, al contrario ella los acoge con compasión y delicadeza, invitándolos a hacer la voluntad de  Dios en su vida, mediante la castidad, el dominio propio contra lo que sienten, la oración y la vida sacramental. Todo esto constituye una prueba autentica para ellos, que si logran superarla su recompensa será la salvación.

La homosexualidad para poder entenderla hay que darse cuenta que esta práctica es un pecado más, como el asesinato, la envidia, el robo etc. Nosotros no condenamos al asesino simplemente porque es un asesino, ni al ladrón porque es un ladrón, lo condenamos por lo que ha hecho o hace: matar y robar, es decir condenamos la práctica de haber robado y la práctica de haber matado a alguien. Así mismo debe ser con el homosexual, no podemos condenar o rechazar a alguien simplemente porque es homosexual, no, con lo que no tenemos que estar de acuerdo es la práctica que esta persona hace; tener relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo, y esto por las razones que nos muestra la Iglesia, mencionadas anteriormente. Lo mismo que hay razones morales para rechazar la práctica de matar y robar, y los demás pecados que existen, también las hay para rechazar la práctica homosexual.

Así mismo como la Iglesia quiere que el ladrón deje de robar y el asesino de matar, de igual forma la Iglesia quiere que el homosexual deje de practicar la homosexualidad. Así mismo como la Iglesia quiere que el ladrón y el asesino realicen la voluntad de Dios en sus vidas, de igual forma la Iglesia quiere que el homosexual también lo haga. El ladrón tiene que dejar de robar para salvarse, el asesino tiene que dejar de matar para salvarse, de igual manera el homosexual debe dejar de practicar la homosexualidad para salvarse.

En resumen, la homosexualidad es un pecado más como los que ya conocemos, los homosexuales como pecadores, igual como el que roba, mata o comete cualquier otro pecado, deben alejarse de ese pecado y vivir como Dios manda. Yo no puedo, ni tengo el derecho de rechazar al homosexual porque soy un pecador igual que él, ambos hacemos lo mismo; el pecado, aunque de una forma diferente, el homosexual peca practicando la homosexualidad, pero yo peco hablando mal de mi hermano, con la envidia, la avaricia etc. Al final los dos somos pecadores, entonces si es de rechazar al homosexual, también he de rechazar al que roba, mata, es envidioso ect, ya que también cometen pecado. Recuerda siempre: Dios rechaza el pecado, pero ama al pecador, Dios rechaza la práctica homosexual, pero ama al homosexual, así como Dios rechaza la práctica de robar y de matar, pero ama al ladrón y al asesino, así mismo Dios rechaza la práctica homosexual pero ama al homosexual. Nosotros debemos ser igual que Dios, debemos rechazar la practica homosexual, pero debemos amar a quien es homosexual, porque él o ella también es mi hermano y mi hermano, a quien Dios me ordena amar y servir.

El matrimonio homosexual.

Personalmente estoy en contra del matrimonio homosexual, porque entiendo que el matrimonio es una institución divina y no humana, es decir el matrimonio fue instituido por Dios y no por el hombre, por tal razón Dios como dueño del matrimonio puso las reglas del mismo y declaro que se haga solo con un hombre y una mujer. Si el matrimonio hubiera sido una institución del hombre, entonces las cosas fueran diferentes, ya que el matrimonio sería una cosa de hombres y no de Dios, entonces así si el hombre podría declarar quienes pueden casarse, pero lamentablemente no es así. El hombre a lo largo de la historia ha instituido muchas cosas y sobre esas cosas el hombre tiene la autoridad para hacer con ellas lo que quiera, más en el caso del matrimonio no es así. Si Dios fue quien que lo instituyo y declaro que sería entre el hombre y la mujer, debemos respetar la orden de Dios, ya que el matrimonio es algo que a el pertenece y no al hombre. Fue Dios que al crear el hombre ordeno: Dejara el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer. Fue ahí como quedo instituido el matrimonio entre el hombre y la mujer

Una pareja homosexual no puede formar una familia, por las mismas razones por las que no puede formar un matrimonio. La familia, al igual que el matrimonio es una institución de Dios y no del hombre. Fue Dios quien al crear el hombre dijo: Reprodúzcanse, crezcan y multiplíquense. Fue ahí como quedo instituida la familia. Una familia es un hombre, una mujer y un hijo, no dos hombres o dos mujeres con un hijo, eso puede ser otra cosa, pero no una familia.



Si nosotros cada vez que viéramos a un homosexual, le habláramos del amor que Dios le tiene a ellos, y de como ellos a pesar de tener esa condición de pecado, ellos pueden salvarse, fueran muchos los homosexuales que conocieran a Dios, se alejarían de esa práctica, y no vieran a Dios y a la Iglesia como enemigos, sino como un refugio y salvación. Finalmente nosotros como cristianos debemos tratar a los homosexuales con compasión y misericordia, hablarle del amor de Dios para con ellos, decirle que Dios les ama, a pesar de todo, que Dios puede cambiar su vida y hacerle feliz.