miércoles, 13 de junio de 2012

El Santísimo Sacramento de La Eucaristía

Del escritorio del Lic. Maiquel Abreu
Introducción 

La Eucaristía, del griego  εὐχαριστία, se pronuncia  eucharistía y significa  «acción de gracias». Es también llamada: Sagrada comunión, cena del Señor, fracción del pan, sagrados misterios, santísimo sacramento y santa cena, es el sacramento del cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, bajo las especies del pan y del vino, consagrados en La Santa Misa. 

La Eucaristía es la fuente y culmen de la vida cristiana. Es según el Catecismo de la santa madre Iglesia Católica y Apostólica signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da prenda de la vida eterna.

La Eucaristía Prefigurada en el Antiguo Testamento 

Se dice que el Antiguo Testamento es una sombra de lo que había de venir, que era una preparación de la venida  del Mesías prometido al pueblo de Israel, ese Mesías es nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La Eucaristía es donde se hace presente el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo en la cruz, es decir es un memorial que recuerda ese sacrificio de nuestro Señor, en donde el se entrego para la salvación de la humanidad, significa que  en la Eucaristía Cristo se nos entrega para alimentarnos con su cuerpo y su sangre, y así salvarnos y llevarnos a la vida eterna.

Si vamos al Antiguo Testamento, en el libro del Génesis, en su capitulo 22, encontramos que el Señor Dios puso a prueba a Abrahan, diciéndole: Abrahan, Abrahan, el respondió: Aquí estoy, Dios le dijo: Toma a tu hijo unico, al que amas, a Isaac, vete al país de Moria y ofrecelo alli en holocausto. Sigue la narración diciendo que Abrahan se levanto de madrugada, tomo dos mozos, a su hijo Isaac, preparo un asno y se puso en marcha al lugar que le había dicho Dios. Al llegar a aquel lugar, continua el relato diciendo, que Abrahan preparo un altar, le puso leña y ato a su hijo Isaac y lo puso encima de la leña. Tomo Abrahan un cuchillo para inmolar a su hijo, en eso el ángel de Yahve Dios, le llamo desde el cielo y le dijo: No alargue tu mano contra el niño ni le hagas nada, ahora ya se que eres temeroso de Dios. Dice que luego Abrahan levanto la vista y vio un carnero que estaba atrapado, tomo este carnero y lo sacrifico en el holocausto en lugar de su hijo.

Los padres de la Iglesia ( se llama Padres de la Iglesia a un grupo de pastores y escritores eclesiásticos, obispos en su mayoría, de los primeros siglos del cristianismo, cuyo conjunto doctrinal es considerado fundamento de la fe y de la ortodoxia en la Iglesia.) dicen que este relato del Sacrificio de Isaac, es figura de la pasión de nuestro Señor Jesucristo, por la tanto, si la Eucaristía es un memorial donde se recuerda y se hace presente el sacrificio de nuestro Señor en la cruz, este relato es figura de la Eucaristía, presencia real de nuestro Señor.

Seguimos estudiando el Antiguo Testamento, ahora nos vamos al libro del Éxodo en su capitulo 12, aquí encontramos la institución de la Pascua Judía, que consistió en tomar un cordero sin defecto, asarlo en el fuego, untar la sangre del cordero en las puertas de las casas en donde vivían los israelitas, esclavos en Egipto, de modo que cuando Yahve pasara, hiriendo a Egipto, pasara de largo al ver la sangre. Ese dia Yahve le dijo al pueblo de Israel que tenían que conmemorar ese acontecimiento por siempre, ya que ese fue el día en que el lo saco con mano fuerte de la esclavitud de Egipto. La Pascua Judía preparaba así la fiesta cristiana: Cristo, cordero de Dios, es inmolado (en la cruz) y comido (en la Eucaristía), en marco de la Pascua Judía (la Semana Santa).

Jesucristo Muere Para la fecha de la celebración de la Pascua Judía, según el Evangelio de San Marcos, capitulo 14, verso 12. En esa fiesta pascual Jesucristo se ofrece como el cordero sin mancha que se requería para celebrar la pascua. Entonces podemos ver también como la Pascua Judía, es también figura de la Pasión de Cristo, por ende, figura también de la Eucaristía, ya que ella es el memorial del Sacrificio de nuestro Señor en la cruz.

Continuamos analizando el libro del Éxodo, ahora en el capitulo 16, aquí podemos leer el relato sobre el Mana, que era el pan que Dios enviaba todos los días para alimentar al pueblo de Israel durante su éxodo de 40 años por el desierto.

Cuenta el relato que el pueblo de Israel murmuro contra Moisés y Aaron en el desierto. Decían: Ojala hubiéramos muerto en manos de Yahve, en el país de Egipto, cuando nos sentabamos junto a la olla y comíamos pan hasta hartarnos, nos ha traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea. Yahve dijo a Moisés: Mira, voy hacer que llueva pan del cielo para ustedes. El pueblo saldrá cada día a recoger la ración cotidiana; así lo pondré a prueba, a ver si sigue mi ley o no.

A mi particularmente, me encanta este relato porque yo veo aquí la pre-figuración de la Eucaristía como alimento espiritual. Es fácil ver en este relato, la figura de la Eucaristía como alimento espiritual. Analicemos: Israel, pueblo escogido por Dios y liberado por El de la esclavitud, es alimentado con el pan que Dios les enviaba del cielo, durante su éxodo por el desierto, ahora bien, la iglesia, nuevo pueblo de Dios, liberado del pecado mediante el sacrifico de Jesucristo en la cruz, se alimenta del pan vivo bajado del cielo, que es Jesucristo, en la Eucaristía, durante su éxodo por esta tierra. Esto nos lo explica Jesús, en el Evangelio según San Juan, en el capitulo 6, verso 30  en lo que yo llamo: El discurso Eucarístico en la sinagoga de Carfarnaun, cuando los judíos le preguntaron: Que signos haces tu para que lo veamos y podamos creer en ti? Nuestros padres comieron del mana en el desierto, según esta escrito: Pan del cielo les dio de comer. Jesús respondió: En verdad les digo que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo, es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que ha bajado del cielo y da la vida al mundo. Entonces dijeron, Señor danos siempre de ese pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida, el que venga a mi no tendrá hambre, el que crea en mi no tendrá nunca sed.... Aquí termina el verso 35.

Si seguimos leyendo, y nos vamos al verso 41, dice que los Judíos murmuraban de el, porque había dicho: Yo soy el pan que ha bajado del cielo, y se preguntaban: No este Jesús, hijo de Jose, cuyos padre y madre conocemos? Como puede decir ahora, que ha bajado del cielo?... Ahora vayamos al verso 48, en donde Jesús les respondió: Yo soy el pan de vida. Sus padres comieron del mana en el desierto, y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo, si uno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le voy a dar es mi carne, para la vida del mundo. (noten que dice y el pan que yo le voy a dar es mi carne para la vida del mundo, el pan que LE VOY A DAR, osea esta hablando del futuro). Sigue contando el relato ahí mismo en el verso 52, que los Judíos discutían: Como puede este darnos a comer su carne? Jesús les dijo: En verdad les digo, que si no comen la carne del hijo del hombre, ni beben su sangre no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitare el ultimo día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mi y yo en el. Lo mismo que el Padre que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que coma vivirá por mi. Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron sus antepasados, y murieron, el que coma este pan, vivirá para siempre... Y termina en el verso 59 diciendo: Esto lo dijo Jesús, enseñando en la Sinagoga en Carfarnaun.

Institución de la Eucaristía por nuestro Señor Jesucristo

Ya vimos como ya la Eucaristía se venia preparando desde mucho antes de nuestro Señor Jesucristo venir al mundo, ahora vamos a ver como el hace que esa preparación llegue a su plenitud, instituyendo la Eucaristía.

Vayámonos al Evangelio según San Lucas en el capitulo 22, verso 19, donde encontraremos el relato de la ultima cena de nuestro Señor con sus discípulos. Dice que Jesús, tomo pan, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que se entrega por ustedes; hagan esto en recuerdo mio. De igual modo después de cenar tomo la copa y dijo: Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que se derramara por ustedes.

Vemos como Jesús dice que se haga un memorial de esta cena en honor a el, y eso es lo que hacemos en la Santa Misa, un memorial de la ultima cena de nuestro Señor, que es la Eucaristía.

La Eucaristía en los Primeros Años del Cristianismo

si Vamos al libro de los Hechos de los Apóstoles en el capitulo 2, verso 12, encontramos como vivía la primera comunidad cristiana, dice el verso: Se mantenían en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la Fracción del Pan, y en las oraciones.... Dice en la fracción del pan, es decir, que participaban de la Eucaristía.

San Pablo, en su primera carta a la Iglesia de Corinto, en el capitulo 11, verso 17, corrige a los corintios porque no se estaban reuniendo como no era debido para celebrar la Eucaristía, específicamente en el verso 23, San Pablo dice: Porque yo recibí del Señor, lo que a mi vez le transmití, que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado tomo pan. dio gracias, lo partió y dijo: Este es mi cuerpo que se entrega por ustedes, hagan esto en memoria mía. Asimismo después de cenar dijo: Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, cuantas veces la beban, háganlo en memoria mía. Pues cada vez que comen este pan y beban de este cáliz, anuncian la muerte del Señor hasta que vuelva. Por tanto quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, sera reo del cuerpo y la sangre del Señor. Así que cada cual se examine interiormente, antes de comer el pan y beber el cáliz, pues quien come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena.

También San Pablo en la primera carta a los Corintios en el capitulo 10, hace referencia de como los Israelitas comieron en el desierto el pan espiritual, como también lo hacemos nosotros ahora. También les invita a no codiciar lo malo, como lo hicieron ellos. En el verso 16, San Pablo dice: La copa de bendición que bendecimos, no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, no es comunión con el cuerpo de Cristo?

Esto se los decía porque ellos se juntaban el rituales ofrecido a dioses falsos, lo que le dejaba a entender que estaban con Cristo o estaban con los idolatras.


San Ignacio de Antoquia, dicipulo del Apostol Juan, escribio en el año 110 de nuestra era:

En lo referente a la Eucaristía San Ignacio se presenta siempre muy claro y tajante. Llama a la Eucaristía “medicina de inmortalidad” y categóricamente expresa: “La Eucaristía es la carne e nuestro Salvador Jesucristo”. Condena vigorosamente a los docetas que afirmaban que Jesús no había tenido cuerpo verdadero sino solo aparente, y por este error, comenta San Ignacio, no querían tomar parte de la eucaristía y morían espiritualmente por apartarse del don de Dios.

 La Didaché o doctrina de los doce apóstoles, escrita entre los años 60 y 160 de nuestra era:

La Didaché es muy tajante al afirmar que no todos pueden participar en la Eucaristía, ya que no se puede “dar lo santo a los perros”. Antes de participar exige confesar los pecados para que el sacrificio sea puro. Es un testimonio claro también de que la Iglesia primitiva ya reconocía en la Eucaristía el sacrificio sin mancha y perfecto presentado al Padre en Malaquías 1,11: “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot”.  

San Justino, mártir en el año 165 de nuestra era:

Mártir de la fe cristiana hacia el año 165 (decapitado), es considerado el mayor apologeta del Siglo II. San Justino mantiene el testimonio unánime de la Iglesia al confesar que la Eucaristía no es un alimento como tantos, sino que es “carne y sangre de aquel Jesús hecho carne”.
San Justino con toda claridad excluye la permanencia del pan junto con la carne del Señor rechazando la consubstanciación mantenida por los luteranos. Lo confirma el empleo que inventa San Justino para la palabra “dar gracias”: hasta él había tenido sentido intransitivo; él la usa en pasiva: “alimento eucaristizado”, que al pie de la letra traduciríamos: “alimento hecho acción de gracias”. Esta pasiva tan dura inventada por San Justino, unida al cambio de construcción que acabamos de señalar, acentúa la nota de un cambio obrado en el alimento ordinario en virtud del cual el pan es ahora carne de Cristo.  

San Ireneo, vivió entre los años 130 al 202 de nuestra era:

En la teología presentada por San Ireneo la certeza de que el pan y vino consagrados son cuerpo y sangre de Cristo es diáfana, y explícitamente afirma que “el cáliz es su propia Sangre” (la de Cristo) y “el pan ya no es pan ordinario sino Eucaristía constituida por dos elementos terreno y celestial”.  


San Hipólito, fue un mártir del año 235 de nuestra era:

Se desconoce el lugar y fecha de su nacimiento, aunque se sabe fue discípulo de San Ireneo de LyonSan Hipólito es tajante en afirmar que se evite con diligencia que el infiel coma de la Eucaristía, ya que “es el cuerpo de Cristo del cual todos los fieles se alimentan y no debe ser despreciado”.

Orígenes, vivió entre los año 185 al 254 de nuestra era:
Con respecto a la Eucaristía los escritos de Orígenes van en la misma línea que el resto de los padres. Afirma que “así como el maná era alimento en enigma, ahora claramente la carne del Verbo de Dios es verdadero alimento, como Él mismo dice: Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida”. En todos estos casos, Orígenes se refiere al “verdadero alimento” no como pan, sino como “la carne del Verbo de Dios”. Afirma también que recibir el cuerpo indignamente ocasiona ruina para sí mismos y se refiere a la celebración eucarística como “la mesa del cuerpo de Cristo y del cáliz mismo de su sangre

 

Firmiliano, Obispo de Cesarea, año 268 de nuestra era:

Por lo demás, cuán gran delito es el de quienes son admitidos o el de quienes admiten a tocar el cuerpo y sangre del Señor, no habiendo lavado sus manchas por el bautismo de la Iglesia ni habiendo depuesto sus pecados, habiendo usurpado temerariamente la comunión, siendo así que está escrito:Quien quiera que comiera el pan o bebiera el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor 

Conclusión

Finalmente quiero decir, que la Eucaristía es el nuevo culto de adoración a Dios, en la nueva alianza, es en donde nos encontramos con el Señor y tenemos ese encuentro intimo con el. La Eucaristía es el sacramento por excelencia, es lo mas sagrado que tiene la iglesia, es el mismo Cristo que se nos entrega, para que podamos tener vida, y vida en abundancia. Jesús dijo que El es la Vid y nosotros somos los sarmientos, que si los sarmientos no permanecen en la Vid, no pueden dar frutos y son cortados y quemados, que tenemos que permanecer en el para que podamos dar frutos, y frutos en abundancia. Solo en la Eucaristía permanecemos en el Señor y El en nosotros, para poder dar esos frutos, para no ser cortados y quemado.

Jesús nos espera todos los día en la Eucaristía, espera a que vayamos a encontrarnos con el. El nos quiere alimentar con su cuerpo y con su sangre, para darnos la vida eterna. Ya el lo dijo, que si no comemos su carne, ni bebemos su sangre, no tenemos vida en nosotros. La Eucaristía es el banquete al cual todos hemos sido invitado.

Fuentes:

Biblia de Jerusalem
 Los Padres de La Iglesia.




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